A veces cuesta mucho cruzar algunas fronteras con el pensamiento. Nos condiciona lo que vemos y aprendemos desde niños y también lo que nos rodea en la vida adulta.
Los obstáculos son lo único que nos invita a pensar y querer modificar el mundo a nuestro alrededor.
Todo lo que nos complique la vida o nos resulte difícil, nos va a llevar a pensar más allá de lo básico. Nos presentará un reto.
Queda en nosotros vivir en la frustración de lo que creemos no poder alcanzar o ser creativos, encontrar aliados y hacer de ese obstáculo un motor para una nueva idea que nos ayude a vivir más felices y satisfechos.
Claramente no será fácil desafiar lo establecido, ni encontrar quien nos acompañe y mucho menos sobrevivir a la tentación de volver a seguir la corriente que tan cómodamente nos arrastra. Pero la dicha que supone la búsqueda de esos momentos de plena felicidad es razón suficiente para resistir y para reforzar nuestras ganas de idear, de crear, de superarnos en un mundo que está abierto esperando lo que tenemos para ofrecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario