jueves, 27 de enero de 2011

Tolerar o no tolerar, he aquí el dilema

Como seres humanos viviendo en sociedad, es importante trabajar en la tolerancia. 

Si me peléo con alguien al primer intercambio de opiniones negativo, vamos mal.
Si acépto pasivamente todo lo que me imponen sin la más minima queja, vamos aún peor. 


Si sospecho y desconfío maliciosamente de todo lo que me dicen, estoy un poco mal.
Si dejo pasar TODOS los versos inverosímiles que me dicen, definitivamente hay algo que no funciona. 


En general, uno elije dejar pasar algunas cosas, atenuar su comportamiento para no iniciar conflictos  por nimiedades y en general, el límite entre ceder en pos de una buena convivencia y dejarse pisotear es difuso.


Después de dar muchas vueltas me dí cuenta que el límite es muy personal. Cada uno debe evaluar qué cosas puede sobrellevar y qué no. Pero esta bueno tener la opinión externa como réferi para dilucidar algunos asuntos engorrosos y no ser un objeto sometido a la voluntad de otros.

jueves, 20 de enero de 2011

"Untitled" (Sin título)


Mamá y papá siempre nos aconsejaron que consigamos un título. Que aunque esté guardadito en un cajón juntando polvo, algún día nos va a servir para algo. Y tienen razón.

No sólo un título universitario o terciario, sino cualquier especie de contrato oral o documento que certifique ante la vida misma que somos dueños de un conocimiento, que somos parte de una sociedad, que estamos relacionados con otro de tal o cual forma.

Hace poquito terminé una relación "untitled" con un señor al que conocía hacia unos 6 años. Linda relación, muy bonita llena de recuerdos interesantes. Con más desencuentros que encuentros pero él, de una forma u otra ,siempre estaba presente. Yo la recuerdo con cariño porque tenia un debido peso en mi vida.

Con horas de muerta mi relación, uno de los amigotes de este señor, solicita muy formalmente la vacante que había quedado para ser mi compañero sexual. Yo, pasmada por esta (a mi entender) tremenda falta de códigos, un día le cuestioné abiertamente si no le parecía un poco fuera de lugar esta propuesta. La respuesta simple, sencillita y de alpargatas fue: "Ah! Qué, vos eras la novia? Porque si eras yo nunca me enteré".

Patada en los ovarios. Baldazo de agua fría. Desprestigió mi bonita relación "untitled" y me dolió. Ahora resulta que mi relación con su amigo no merece el debido respeto sólo porque no era su novia. Bueno. Me desayuné con eso... No lo sabía con tanta precisión.
Por no tener el título firmado, no tenia derecho a nada. 6 años de vida compartida sin peso, sin nada que los haga valer. Todos los bonitos recuerdos, meados por un elefante. Mi presencia en su vida había sido como un trabajo en negro y ahora con el corazón roto caia en la cuenta que no tenia obra social (jajajaj si, me fui de tema!)


Así que muchacho, muchacha... con todo respeto les aconsejo que escuchen a mamá y papá cuando les dicen que hay que tener un titulito guardado. Para todo aspecto de la vida. Carrera, sociedades, matrimonios, amistades, roces, etc...

La palabra ya no vale nada, los hechos ya no valen nada... Ahora hasta el respeto necesita ser documentado para validarse. Cuidense las espaldas! Pidan recibos, vales, todo firmadito para poder tener al menos el derecho a reclamar lo que es suyo sin angustia.


Ahí se ven!

martes, 11 de enero de 2011

Palabras que son violencia...


Una mujer tiene valor. Su cuerpo tiene valor y su personalidad tiene valor. Sus creencias y sus ideales tienen mucho valor. Simplemente por eso, deben ser respetadas.

Hay mujeres que sueñan con ser madres y esposas, otras sueñan con ser contadoras o abogadas, muchas sueñan con ambas cosas. Todos sus deseos deben ser valorados.

Sin embargo, sigue rondando en el aire el maltrato y la violencia hacia las mujeres. No por quitarle importancia a la violencia física que me parece increiblemente desagradable, voy a enfocarme más en una forma de violencia que pasa desapercibida, que es la violencia verbal, el maltrato psicológico.

Mujeres, libérense! Dejen de lado a esas parejas opresoras que solamente saben rebajarlas al nivel de cosas de uso diario. Basta de hombres que no respetan sus decisiones. Aléjense de los manipuladores que las insultan para después tapar la herida con regalos o halagos. Sumo cuidado con aquellos que son excesivamente amables en público y se sacan la careta en la intimidad. Basta de soportar humillación tras humillación pensando que prometió cambiar. Se pueden aceptar pedidos y favores, jamás ordenes.

Las palabras hirientes, las palabras dichas con desdén, con bronca con desprecio... también son violencia.

DESPIERTEN!