Mientras intentaba imaginarme el tabicamiento del corazón en el período embrionario (cosa que por cierto es muy difícil) decidí volar un rato para despejar la mente, antes de que haga cortocircuito y se cagué para toda la cosecha.
Pasé de los pensamientos superficiales a las dudas existenciales y casi sin querer encontré otra cuestión inconclusa en mi intrincada mente.
Haciendo un repaso breve sobre una igualmente breve relación con un señor X pude definir un rasgo muy característico mio, que vengo arrastrando, vaya uno a saber desde cuando.
Es sencillo: Tengo miedo de sofocar a las personas (no literalmente, obvio jaja) y que se alejen de mí por "pesada". Lo que muchas veces provoca que pase erróneamente por desinteresada :(
Todavía me cuesta medir el punto justo de interés a demostrar...
No creo que haya un punto establecido, porque cada uno siente distinto pero me ha pasado que al demostrar interés genuino y abierto hacia alguien, este me cortara el rostro olímpicamente. Como soy un tanto torpe, sigo insistiendo hasta que empiezo a sentirme como una idiota y ahí sonamos... Adiós demostración de interés.
Siempre siento la necesidad de no guardarme las cosas que son IMPORTANTES. O simplemente cosas que tengo ganas de hacer... No puedo reprimirlas, así que a la hora de hablar con la verdad no tengo problemas en hacer una propuesta o inducir una respuesta... Pero a veces siento que las propuestas rebotan y las inducciones no causan el efecto esperando... Entonces, dudo. Me voy retrayendo de a poco y me cuestiono. Estoy siendo hinchapelotas? No estoy viendo el obvio rechazo? Estoy finalmente haciendo el papel de pelotuda?
Eso es lo rutinario.
Ahora que lo analizo, puedo ver otras cosas...
No quiero ser innecesariamente insistente, ni obligar a la gente a hacer cosas que no tenga ganas... pero al final me pregunto... ¿¿¿¿¿Alguna vez lo hice??????
Esto da para largo y realmente tengo que seguir leyendo Embriología... Cuando tenga alguna respuesta interesante, volveré.
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